Hay tantas cosas que precisamente hoy me hacen pensar, que de verdad siento que me preocupan al punto de desplazar el estrés de la vida cotidiana. De pronto, faltar a clase no parece un pecado.
El tiempo cambia, el clima cambia, ya no estoy aquí, estoy allá, metida en mi cabeza pensando en todo el daño que me quiero hacer para ver si puedo reaccionar, "de pronto si me hundo lo suficiente, pueda salir volando por la presión" pienso.
Y pienso y pienso y pienso.
Y cada vez que pienso, más creo que puede existir una forma de cambiarme totalmente, de volver a nacer y esta vez, ser lo que siempre pensé perfecto, para poder ser imperfectamente feliz.
Y de pronto, se me olvida, obligo a mi mente a dormirse para no ver cara a cara a la frustración riéndose de mi, escondo mi descontento de mis propios ojos, porque, que más da?
Comida, huesos, dolor de cabeza, qué más da? dolor...qué más da?