-Lo correcto en muchos sentidos que no entran en esta discusión, pero que son perfectamente discutibles en otras circunstancias.-
Cuando crees saber qué es lo correcto, ideas un plan para llevar a cabo esa "correctitud" que tú crees que el mundo se merece de tu parte. Al mismo tiempo te invade un sensación de serenidad proveniente de lo que tú crees que es la "fuerza divina que rige el mundo".
Mientras disfrutas de esta grata sensación sigues con tu vida a la espera del momento en el que iniciarás tu maravillosa acción. Esperas, esperas, esperas...
Y cuando te das cuenta de que la oportunidad está enfrente, ya no encuentras esa sensación, se te acabó esa calidez de tanto usarla. Ya no vale la pena hacer lo correcto, ya hay que pensar y pensar en muchos otros problemas para poder saber qué es lo correcto.