Me lo recuerdas tanto que a veces empiezo a ver tus ojos de color gris, apretando los dientes e intentando mostrar que te entiendo.
Me lo recuerdas tanto que hago que me duela, ya sabes, siempre me ha gustado verme sangrar.
Y tanto que me lo recuerdas, que recorto tu imagen y la reemplazo en mis recuerdos y creo que la historia puede seguir y creo que puede volver a empezar y volver a terminar.
Pero no eres tú, es él y no soy yo, es ella. Ahora conozco como es estar al otro lado, y, porque me lo recuerdas tanto, me empiezo a acomodar. Si pudieran volverme a amar de esa forma.
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